
A menudo las personas nos olvidamos de algunos aspectos importantes de nuestras vidas, como comer de forma sana, dormir las horas necesarias, hacer ejercicio periódicamente… El caos de nuestras rutinas puede acabar con nuestros hábitos más saludables, y de entre ellos se encuentra dormir con los correctos elementos de descanso. Cuidar de nuestro sueño se convierte, en ocasiones, en un hecho al que no le prestamos suficiente atención. Con un simple colchón y una almohada, ya creemos que vamos a descansar correctamente. Pero, ¿conoces el papel del cubrecolchón? ¿Tienes uno en casa? Desde Velfont desvelamos su importancia y te presentamos las propiedades de su composición.
¿Qué es un cubrecolchón?
Los cubrecolchones acolchados se crearon principalmente para proteger el colchón y, además, mejorar la comodidad del mismo. Por ello, estos productos cuentan con un relleno interior que le proporciona un confort extra al usuario y que también los diferencia de los protectores de colchón.
Todas aquellas personas que quieran un extra en confort les recomendamos que utilicen el cubrecolchón, les ayudará a obtener un descanso mucho más saludable. Además también ayudará a proteger el colchón de la suciedad y de posibles manchas.
Por lo general, existen cubrecolchones impermeables y transpirables, que protegen nuestro colchón frente a los líquidos al mismo tiempo que permiten a nuestra piel respirar. Pero también hay cubrecolchones reversibles, sin lámina impermeable y con rellenos de diferentes calidades y propiedades, como la fibra, el algodón, el bambú o la lana.
¿Por qué escoger un cubrecolchón de lana?
La lana es una fibra natural, suave y rizada que se obtiene principalmente de la oveja. La calidad de la lana depende de la parte del cuerpo de la que se obtiene y de la variedad de la oveja. Las ovejas se esquilan en primavera o a comienzos del verano, obteniéndose la lana en una sola pieza llamada vellón. Una vez clasificadas, las fibras de la lana son sometidas a un proceso de peinado y cardado hasta obtenerse el hilo que dará lugar al tejido.
Químicamente, la lana es una fibra de proteína llamada queratina, que es fina y elástica y puede alargarse hasta un 50% más de su longitud sin romperse. La elasticidad y la resistencia, hacen que las fibras y tejidos confeccionados con lana, se deformen menos que los fabricados con otras fibras naturales.
La lana también se caracteriza por su extraordinaria capacidad aislante, su capacidad de absorción de la humedad y su ligereza. La World Commission, que regula el mercado de la lana desde 1920, exige que los artículos confeccionados con lana incorporen una etiqueta indicando el tipo de lana que contienen y en qué porcentaje. En el caso del cubrecolchón Natura de Velfont, se trata de un producto confeccionado con 100% pura lana virgen.