Todos sabemos que las sábanas deben cambiarse y lavarse una vez cada semana, que el pijama es mejor renovarlo frecuentemente y que la almohada debe adaptarse a nuestras necesidades en todo momento. Sabemos que el colchón debería cambiarse cada 10 años, pero también que podría desgastarse mucho antes. Dormir sobre un soporte que ya ha perdido las propiedades principales puede ser verdaderamente perjudicial para nuestra salud, y también para nuestro descanso. ¿Cómo podemos saber cuándo renovarlo? ¿Cuáles son los signos que indican que debemos cambiar el colchón?
- Levantarse con dolores de cuello o espalda.
- Levantarse cansado, sin fuerzas ni energías para afrontar el nuevo día.
- La parte superior del colchón está suelta o bien tiene abultamientos y deformaciones extrañas.
- Cuando la cama ya tiene más de 8 años, es preciso evaluar su estado y tener en cuenta la posibilidad de reemplazo.
- Si, al dormir en pareja, las dos personas tienden a caer hacia el centro del colchón, es recomendable plantearse una renovación.
- Cuando el somier está inclinado, en mal estado o hace ruidos, puede ser una señal de que el colchón pesa demasiado para la base que lo sostiene.
¿Cómo elijo el nuevo colchón?
Elegir un colchón adecuado a nuestras necesidades fisiológicas es una labor que requiere recomendaciones de un especialista. En el mercado existen numerosas tecnologías y no hay un producto universal válido para todas las personas. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es fijarnos en tres factores clave, que nos permitirán elegir el colchón de forma mucho más segura:
– La firmeza: un buen colchón debe garantizar que la columna vertebral se mantenga en una posición correcta durante toda la noche. De este modo, no debería ser ni demasiado duro, ni demasiado blando, sino firme y adaptable en función de las necesidades y los gustos de cada uno.
– La acogida: los colchones deberían proporcionar una acogida agradable, una suave presión en su superficie. Así, el cuerpo no recibe presiones excesivas al dormir y el soporte no genera incomodidades o molestias. La clave está en seleccionar aquel producto que asegure un buen descanso y un sueño totalmente reparador.
– La higiene: debes asegurarte que los materiales con los que está confeccionado el nuevo colchón garanticen una transpiración correcta, desde el tejido hasta el núcleo. La ventilación interna del colchón asegura sus propiedades y alarga su vida útil hasta los 10 años.