¿Problemas para conciliar el sueño?

¿Problemas para conciliar el sueño?

En un post anterior ya comentamos que lo que comemos horas antes de acostarnos puede afectar la duración y la calidad de nuestro descanso. Además de la alimentación, debemos tener en cuenta otros factores que pueden condicionar el descanso; entre ellos, están el estrés, el entorno o la actividad física y/o mental.

Varios estudios afirman que entre el 10% y el 15% de los adultos tiene problemas para conciliar el sueño y que un tercio de éstos acaba recurriendo a somníferos para poder dormir. Lo que no es tan conocido es que los comprimidos más recetados para el insomnio tienen efectos secundarios como por ejemplo la falta de atención y de memoria. Es por eso que es muy importante no abusar de ellos e intentar conciliar el sueño de manera natural.

Los especialistas en la medicina del sueño afirman que la clave para dormir bien está en las dos horas previas a acostarnos. Para disfrutar de un sueño reparador, se recomienda no utilizar el teléfono móvil ni el ordenador justo antes de ir a la cama. Tampoco es recomendable el cada vez más común hábito de llevarse trabajo a casa, puesto que genera un estrés y una falta de desconexión del trabajo que acaban afectando al sueño. Es importante, también, marcar unos límites tales como establecer que el dormitorio es un espacio que no va destinado a trabajar, con lo que debe ser un lugar confortable y sin aparatos electrónicos.

Para un buen descanso, además, la rutina es muy importante: hay que intentar, en la medida de lo posible, cumplir un horario en lo que a irse a la cama y levantarse se refiere, así como también tenerlo en cuenta para otras actividades cotidianas como, por ejemplo, la cena. Seguir una rutina de actividades relajantes las horas previas a acostarnos nos ayuda a desconectar y relajarnos. Por lo tanto, se recomienda practicar yoga o tomar un baño de agua caliente antes de acostarse mientras que se aconseja evitar el ejercicio intenso o el consumo de sustancias estimulantes horas antes de ir a la cama por la descarga de adrenalina y, por lo tanto, tensión que esto supone.