Según un estudio realizado el pasado 2013, pasarse toda una noche sin dormir provoca la pérdida de tejido cerebral. Para realizar el estudio, publicado en SLEEP, se analizaron 15 personas, de las cuales algunas se mantuvieron despiertas y otras durmieron durante 8 horas. Tras finalizar el análisis, los investigadores finlandeses mostraron cómo dormir es necesario para nuestro cerebro, así como para el resto de nuestro organismo. En realidad, son muchos los beneficios que nos aporta un descanso adecuado.
Es sabido que la cantidad de horas de sueño necesarias para responder a las exigencias de la vida diaria pueden cambiar a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, existen parámetros generales que no tienen variación, tales como los daños que puede ocasionar una noche entera sin dormir. La falta de sueño puede relacionarse con muchos aspectos, siendo todos ellos circunstancias que pueden afectar nuestra actividad rutinaria y, lo que es más importante, nuestra salud.
Ya sea debido a los constantes insomnios o motivaciones personales y voluntarias, la falta de sueño puede causar consecuencias emocionales, que se manifiestan a través de somnolencia, cambios repentinos de humor, irritabilidad, adopción de una actitud más pesimista, tristeza, aumento de estrés y ansiedad. Sin embargo, no solo la psicología humana se ve afectada por una noche sin dormir, sino también la integridad física de nuestro organismo.
Un ejemplo de ello es la afectación de la habilidad para procesar la glucosa, algo que puede provocar altos niveles de azúcar en la sangre y otros síntomas característicos de la diabetes. En el mismo sentido, dicha glucosa puede almacenarse como grasa, una aclaración que puede justificar los comunes aumentos de peso relacionados con la falta de sueño. Por otro lado, también provoca la disminución de la temperatura corporal basal, que puede alterar el funcionamiento de nuestro metabolismo y ocasionar la pérdida de constancia del ritmo cardíaco.
Es importante destacar que, aunque la falta de sueño pueda suponer una mejora de la memoria a corto plazo, también disminuye la posibilidad de recuerdo a largo plazo. Así, en estado de somnolencia es prácticamente imposible aprender una nueva habilidad. En la misma línea, también puede provocar una disminución de la creatividad y en la capacidad para resolver problemas, convirtiendo los reflejos en acciones más lentas y menos precisas.
Pasarse una noche sin dormir es perjudicial para nuestro organismo y, además, nos aleja de la gran cantidad de beneficios que se derivan de dormir bien. Desde Velfont recomendamos tener en cuenta nuestro descanso para ser imparables durante el día.