Dormir y tener un descanso reparador son tan importantes en la salud como mantener una dieta equilibrada y realizar ejercicio. Cuando dormimos, nuestros cuerpos se recuperan y se preparan para afrontar el nuevo día con energías renovadas. Dormir pocas horas o tener un descanso de mala calidad, son síntomas de sufrir de insomnio; y eso puede tener efectos perjudiciales durante el día tales como estar somnoliento, tener fatiga, dificultad para concentrarse o incluso sentirse deprimido o más irritable de lo normal.
Está comprobado que las mujeres tienen el doble de posibilidades que los hombres de sufrir insomnio. Estudios realizados apuntan a que ciertos factores sociales como encontrarse sin trabajo o la inestabilidad emocional, están relacionados con un sueño de mala calidad. Estos factores pueden aumentar el riesgo de sufrir insomnio en el colectivo femenino. El riesgo de sufrir insomnio aumenta también con la edad, pero son las condiciones biológicas únicas de la mujer (el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia) los factores que más afectan al descanso. Los cambios hormonales que la mujer experimenta cada mes y a lo largo de su vida, tienen un impacto directo en el ciclo de sueño de éstas.
Las mujeres tienen más dificultad que los hombres para conciliar el sueño así como también para mantenerse dormidas durante períodos más largos; es por eso que experimentan más somnolencia durante las horas del día. Ya se trate de hombres o de mujeres, lo que está claro es que la falta de horas de sueño y de un descanso de calidad tiene consecuencias en el día a día: problemas de concentración, mal desempeño en el trabajo o en la escuela e incluso, un aumento de la posibilidad de contraer enfermedades y de ganar peso.