El resfriado es una de las enfermedades más comunes que sufre la mayor parte de la población. De hecho, se estima que los españoles sufren, al menos, dos episodios anuales. En alguna época del año, todos hemos pasado por la angustia de tener la nariz tapada, un pañuelo en la mano en todo momento y un dolor de cabeza difícil de soportar. No obstante, es con la llegada del frio (en otoño e invierno) cuando somos más propensos a coger un resfriado y, por lo tanto, cuando el riesgo aumenta. Siempre se ha dicho que los cambios en la alimentación pueden alejarnos de esta enfermedad tan común, pero ahora los expertos han destapado otra recomendación: mejorar los hábitos de sueño puede reducir el riesgo de padecer resfriados.
Es sabido que no dormir lo suficiente está directamente conectado a la enfermedad. Cuánto menos descansamos, más probabilidades tenemos de enfermar. Según apunta el portal digital infosalus.com, un equipo de científicos (liderado por el profesor Sheldon Cohen, del Colegio Dietrich de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Carnegie Mellon, de Pittsburgh, Pensilvania) ha demostrado que las personas que duermen seis o menos horas cada noche son más propensas a resfriarse. El autor principal de la investigación, Aric Prather (profesor asistente de Psiquiatría en la UCSF), explica que “el sueño va mucho más allá de todos los factores que se midieron [como el nivel de estrés, la educación, la raza, los ingresos, los malos hábitos…]. Estadísticamente, el sueño […] fue un abrumadoramente fuerte predictor de susceptibilidad al virus del resfriado”.
El estudio, publicado en la revista Sleep, recalca, como conclusión final, que el sueño debería ser tratado como un pilar esencial de salud pública, como lo es la dieta o el ejercicio físico. Así lo consideramos también en Velfont, por lo que queremos recordar los buenos hábitos de descanso que toda persona debería interiorizar:
- Desconectar todos los aparatos electrónicos durante la noche para poder dormir de un tirón.
- Controlar la temperatura de la habitación, así como la cantidad de luz que se recibe del exterior.
- Evitar las bebidas y los alimentos estimulantes antes de acostarse.
- Controlar el estrés y la ansiedad durante toda la jornada.
- Dejar de trabajar al menos dos horas antes de meterse de en la cama.
- Conservar las mismas rutinas y pautas de sueño día tras día.
- Realizar siestas cortas, de unos 20 o 30 minutos, para así asegurarnos de que tendremos sueño por la noche.
- Hacer alguna actividad relajante, como escuchar música o leer, para dormir más plácidamente.
