
Bien cuando un sofá es nuevo y lo acabamos de comprar o bien porque ya estamos cansados de verlo siempre igual, una funda de sofá es un elemento importante tanto en la decoración del hogar como para mantener la higiene de éste. Pero a la hora de comprarla, es habitual preguntarse, ¿cuál es la funda perfecta para mi sofá?
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de escogerla?
El factor más importante a tener en cuenta es el número de plazas que tiene nuestro sofá o las medidas del mismo. Os aconsejamos que compréis siempre una funda de sofá elástica, que aunque sea un poquito más pequeña que la medida de sofá que tengáis, se adaptará mejor que una que quede grande.
Las factores que debemos tener en cuenta no son sólo el largo, ancho y alto del sofá, que a pesar de ser los más relevantes, no son los únicos, debemos tener en presente si nuestro sofá tiene brazos, la forma del respaldo… Todos estos factores son determinantes a la hora de conseguir que nuestra funda de sofá se ajuste perfectamente a nuestro sofá.
En cuanto al tipo de tejido y al color, lo ideal es siempre escoger una funda que esté en armonía con el resto de la decoración, y aún sabiendo que lo más importante es acertar con la medidas, que la funda satisfaga nuestros gustos es esencial para que nos sintamos cómodos con él.
Es normal dudar ante el proceso de compra de una funda de sofá, de hecho es muy difícil acertar a la primera ya que ningún sofá es igual y la mayor parte de fundas siguen un mismo patrón. Aún así, siguiendo las pautas marcadas en cuanto a dimensiones, escoger una funda debería resultar más sencillo.
Al margen de la funda de sofá que escojamos, no debemos olvidar que esta ha de ser fácil de colocar y que debe proporcionar un ajuste perfecto en tu sofá, de lo contario, no te sentirás cómodo y dejará de cumplir su función básica, que es la de proporcionar una barrera de protección e higiene en tu sofá, para convertirse en un elemento molesto.