Una de las peores sensaciones que hay es la de quedarse, durante horas, en la cama sin poder conciliar el sueño. Es muy agobiante ver como el reloj va avanzando y tú no eres capaz de dormir. Por el rabillo del ojo vas viendo que cada vez queda menos tiempo para ir al trabajo, y eso sólo consigue aumentar tu nerviosismo.
Muchas veces, las dificultades para conseguir dormir vienen derivadas de situaciones de ansiedad que se dan en tu día a día, nervios por el estrés del trabajo o, simplemente, por culpa de un insomnio crónico. Este post presenta algunas de las mejores técnicas para dormir más rápido.
El 4-7-8
Este truco es muy adecuado para aquellas personas que padecen estrés o están sometidas a una situación de mucha presión. En parte, porque uno de los problemas derivados de padecer ansiedad es una respiración insuficiente y alterada. La técnica del 4-7-8 fuerza a los pulmones a mantener un ritmo de respiración adecuado y obliga al sistema respiratorio a obturar oxigeno durante el tiempo preciso. Básicamente, consiste en:
- Respirar por la nariz durante 4 segundos
- Aguantar la respiración durante 7 segundos
- Exhalar por la boca durante 8 segundos
Dar un paseo
A veces, cuando estás muy empeñado en encontrar la solución de algo, lo más recomendable es cambiar de actividad durante un rato para airear la mente. Si llevas mucho tiempo dando vueltas sobre la cama y no eres capaz de encontrar la posición ideal para dormirte, lo mejor que puedes hacer es levantarte y caminar un rato. Ves a la cocina a por un vaso de agua, sal un momento a la terraza o, simplemente, recorre un par de veces el pasillo.
Pon el aire acondicionado
Cuando nos dormimos, la temperatura corporal baja porque el cuerpo deja de quemar calorías. Si enfrías tu habitación, ayudas a agilizar el proceso de relajación de tu cuerpo y consigues que el sueño venga más rápido. Según apuntan desde Neolifeclinic, lo ideal es que la temperatura del dormitorio esté entre los 17 y 20 grados.
Ponte calcetines para dormir
¿Necesitas dormir con los pies cubiertos? Esta particular “manía” tiene una explicación científica. Según apuntan desde la revista Nature, tener las manos y pies calientes es una de las mejores estrategias para agilizar el proceso del sueño. Tener las extremidades más calientes que el resto del cuerpo obliga al organismo a dilatar los vasos sanguíneos de la piel aumentando así la pérdida de calor corporal y, por tanto, facilitando el proceso del sueño del cuerpo.
La lavanda, tu mejor aliado
Un estudio de la Universidad de Wesleyen aseguró que el olor a lavanda consigue relajar el sistema nervioso, bajar la presión arterial y llevar al cuerpo a un estado de relajación. Lavar tus sábanas con un suavizante que impregne tu habitación con aroma a lavanda puede ser una gran iniciativa para conseguir dormir toda la noche del tirón.
No dormir por la noche puede ser muy perjudicial para tu productividad, tu estado anímico y tu bienestar personal. Por eso, es primordial que, si tienes problemas de insomnio, los soluciones lo antes posible para empezar cargado de energías todas las mañanas.