Adelgazar para dormir mejor, ¿realidad o ficción?

Adelgazar para dormir mejor, ¿realidad o ficción?

Que la obesidad es una de las enfermedades más predominantes en el siglo XXI no es ninguna novedad, y que conlleva graves problemas para nuestra salud, tampoco. Sin embargo, puede que sus efectos en la calidad del sueño no sean tan conocidos.

Según la Escuela de Medicina de Harvard, un perímetro de cintura excesivo (obesidad abdominal) supone un riesgo para el descanso. Lo cierto es que, además de ser una gran amenaza para la diabetes, la disfunción eréctil, el infarto de miocardio y otras dolencias, esta enfermedad también puede provocar insomnio. Así pues, adelgazar es bueno para dormir mejor.

Los problemas para dormir bien son verdaderamente habituales para aquellas personas que padecen obesidad. De este modo, a los riesgos implícitos que ya conlleva la enfermedad se deben sumar aquellos asociados a la falta de un sueño de calidad. En noviembre de 2012, un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad John Hopkins presentó los resultados de un estudio que confirma que perder peso mejora la calidad del descanso. Alrededor de 75 personas formaron parte de la investigación y se sometieron a un programa de pérdida de peso. La mitad siguió una pauta alimentaria para bajar kilos, y la otra se sometió a un programa de actividad física.

Después de seis meses, a las personas de ambos grupos se les preguntó qué diferencias habían notado respecto al sueño. Tanto unos como otros, mostraron claros signos de mejoría (alrededor de un 20%) en problemas relacionados con el sueño, como es el caso de apneas, fatiga durante el día, sueño interrumpido o inquieto e incluso insomnio. Así pues, la reducción de la grasa abdominal se presentó como una solución para aquellas personas que sufren de obesidad y no descansan como les gustaría.

Dormir bien es algo esencial para nuestra salud. Aunque la obesidad ya supone claros riesgos para las personas que la padecen, también amenaza la integridad de su descanso. Adelgazar es, pues, esencial para ambos casos. Sin embargo, los pacientes que padecen la enfermedad no deben olvidar que las pautas dietéticas deben ser individualizadas, así como los objetivos del adelgazamiento. Además del consejo dietético, es necesario un plan de actividad física y soporte psicológico para conseguir una modificación de la conducta y del estilo de vida.

Es esta modificación del estilo de vida la que también puede aplicarse al descanso. Establecer horarios fijos, intentar no consultar aparatos electrónicos antes de acostarse, hacer ejercicio por la mañana y otras medidas similares son las adecuadas para mantener un sueño de calidad y evitar el insomnio. Desde Velfont velamos siempre por tu descanso gracias a nuestros productos y a las recomendaciones de nuestro equipo de expertos.