Durante el invierno, el edredón nórdico es uno de los complementos indispensables para protegernos del frío y las bajas temperaturas en la cama. Es, pues, un buen momento para recuperar unos buenos consejos sobre su mantenimiento y buen uso. Aunque muchas veces no se le preste la suficiente atención, es muy importante escoger el edredón nórdico adecuado para que nos proporcione el confort y bienestar ideal en la cama. Y, para que sus propiedades duren el mayor tiempo posible, hay que cuidarlos y hacerles el mantenimiento correcto.
Es importante recordar que durante los meses en que utilicemos el edredón nórdico, se debe ventilar a diario la habitación para ayudar a liberar la humedad que se haya acumulado durante la noche. Para favorecer la evaporación de esta humedad, también se puede colgar el edredón en el exterior siempre que no sea un día lluvioso o especialmente húmedo. Si lo ventilamos a diario y lo usamos con una funda protectora, no será necesario lavarlo muy a menudo.
En función del tipo de relleno del edredón nórdico, éste podrá lavarse en casa o deberá llevarse a la tintorería. Así pues, si se trata de un edredón con relleno de fibra, podremos lavarlo en casa a baja temperatura siempre teniendo en cuenta la necesidad usar un detergente suave, sin blanqueadores ni lejía. Con estos cuidados, el edredón puede quedar como nuevo después de cada lavado. En cuanto al secado, si se desea, se puede secar en la secadora con un ciclo de temperatura baja o al aire libre en lugares con poca humedad ambiental. Los edredones nórdicos con rellenos de pluma o plumón, por su delicadeza en el cuidado es mejor lavarlos en seco, en la tintorería, para que no quede humedad en su interior que pueda estropearlo.
Finalmente, mencionar que en la cama no se recomienda dormir o sentarse sobre el edredón nórdico para evitar que el relleno se distribuya de manera incorrecta y no cumpla bien con su función: proporcionar calor, bienestar y protegernos del frío invernal.
