Despertarse por noche es algo que a todos nos ha pasado una que otra vez, puede que, incluso, para algunos de los que nos leéis sea un problema recurrente al que ya os habéis acostumbrado y no dais mayor importancia.
Dormir cada vez menos o que nuestro sueño se vuelva más ligero es algo habitual a medida que entramos en la edad adulta. Pero, la realidad es que no es tan normal como nos creemos. Nuestro organismo está programado, por así decirlo, para despertarse solo bajo situaciones de extrema necesidad. Es decir, si todo fluye, deberíamos ser capaces de dormir profundamente –estos consejos pueden ayudarte– y disfrutar de un sueño reparador prácticamente todas las noches de nuestra vida.
Si esto no ocurre y cada noche nos desvelamos debemos analizar los motivos que pueden estar interrumpiendo nuestro sueño porque, seguramente, controlar muchos de ellos está en nuestras manos.
1. Bebes demasiada agua antes de ir a dormir
Mantenernos hidratados es sumamente importante para que nuestro organismo funcione a las mil maravillas ya que beber agua estabiliza nuestros niveles hormonales, regula los nutrientes y equilibra músculos y articulaciones. Eso sí, si la tomamos justo antes de acostarnos no podremos evitar el despertarnos en mitad de la noche para ir al baño. Procura beber el último vaso 2 horas antes de acostarte y recuerda ir al baño justo antes de meterte en la cama.
2. El efecto de las pantallas
La idea de proponerte sumarte a la tendencia del détox digital tiene un por qué y es que no despegar los ojos de las pantallas del móvil o el ordenador nos complica lo de dormir. Es culpa de los tonos azules de sus luces, que alteran nuestros ritmos circadianos y hacen que nos cueste más conciliar el sueño. Adiós pantallas también 2 horas antes de ir a dormir.
3. Estrés, ansiedad y nervios
Si hiciéramos un rápido test entre todos los lectores seguramente descubriríamos que el estrés es el responsable principal de que nos despertemos por la noche. Un examen, una entrevista de trabajo, una reunión que deseamos que salga bien… Es normal sentir nervios, pero por la noche hay poco que puedas hacer. Mejor relájate, tómate una manzanilla y ¡felices sueños!
4. El ambiente también cuenta
Tanto pasar frío como calor por la noche es un inconveniente a la hora de descansar. Lo mismo que si tu dormitorio es demasiado ruidoso, está mal ventilado o entra luz desde la calle. Debes solucionarlo si no quieres estarte despertando constantemente. Si el problema es el ruido, utiliza tapones. Si entra mucha luz, instala cortinas o estores. Y, si quieres ir un paso más allá, asegúrate de que tu dormitorio está alineado con los principios del Feng Shui, es más sencillo de lo que crees y se nota.