Poder volar, ser inmensamente rico o tener superpoderes… ¿Te imaginas ser capaz de controlar tus propios sueños? Ser dueño de tu imaginación y dominar las vivencias más excitantes que ocurren, solamente, mientras duermes es algo que, seguro, has deseado alguna vez. La pregunta aquí es: ¿Es posible controlar los sueños o somos esclavos de nuestro subconsciente?
Los sueños son experiencias narrativas que ocurren mientras dormimos. Algo así como un cuento que nos explica nuestro propio subconsciente durante el tiempo de descanso. Si lo definimos desde un prisma puramente científico, los sueños son una fase REM (Rapid Eye Movement) que se alcanza durante la noche. El cerebro bloquea las neuronas motrices por lo que no nos podemos mover y llegamos a un estado de inconciencia parcial.
Por su propia definición estar inmerso en fase REM y tener control de nuestro cuerpo es algo complicado de compatibilizar. Aunque sí es posible estar en un estado en el que tengas cierto control sobre tu subconsciente y ser así dueño de tus sueños. Es lo que se conoce como tener sueño lúcido.
¿Qué son los Sueños Lúcidos?
Los sueños lúcidos son un estadio intermedio entre la vigilia y el sueño que se alcanza justo antes de alcanzar la fase REM más profunda. Si se domina este estadio y se entrena el subconsciente es posible controlar las ensoñaciones. Algunas personas son capaces de gestionar su consciencia y ser, así, autores de sus propios sueños.
Sin embargo, dominar los sueños lúcidos no es una tarea fácil. Aunque existen algunas técnicas que pueden ayudar a controlar esta situación. Según un estudio publicado por expertos en psicología del sueño, los sueños lúcidos pueden controlarse si se siguen las siguientes técnicas.
1. Escribe un diario de tus sueños
El primer paso para aprender a controlar tus sueños es tener un registro diario de lo que se sueña. Cada mañana, al despertar, debes escribir en un diario los recuerdos que has vivido durante la noche anterior. Pasadas unas semanas, te darás cuenta de que en tus sueños se repiten ciertos patrones y eso te ayudará a identificar si estás dormido o, bien, estás despierto.
3. Mantente siempre alerta
Stephen LaBerge, profesor de la Universidad de Sranford ha acuñado el término MILD (Mnemonic Induction of Lucid Dreams). Consiste en utilizar señales en tu día a día que te recuerden que estás despierto. Por ejemplo, cambiarse el reloj de muñeca, utilizar un colgante o hacerse una marca en la mano con un bolígrafo. De esta manera, se establece una señal tangible que nos asegura si estamos despiertos o no.
3. Redistribuye tu sueño
Los sueños más largos e intensos son los últimos que tenemos durante la noche. Si somos capaces de permanecer conscientes justo antes de esos últimos sueños seguro que nos resultará más fácil recordarlos y dominarlos. Puedes probar de ponerte una alarma un poco antes de la hora a la que normalmente te despiertas. Cuando suene, trata de tomar posesión de tu consciencia y vuelve a dormir.
Si tenemos en cuenta que nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, resulta especialmente interesante intentar sacar el máximo partido a nuestros sueños. Y es que, ya lo decía Calderón de la Barca: “la vida es sueño y los sueños, sueños son”.