El verano es sinónimo de pasar los días en idílicas playas, con el sonido del mar de fondo, sin horarios ni rutina y con la mente solamente ocupada en disfrutar… Con semejante panorama parece que, en verano, vivir en un estado de relajación constante es casi obligado, pero no siempre es posible. La época estival es, aparentemente, la más adecuada para desconectar y, sin embargo, el estrés, los nervios y la angustia siguen acompañándonos esos días.
¿Por qué no logramos desconectar?
Estamos lejos de casa y hemos activado el out of office, pero aún así no somos capaces de dejar a un lado las responsabilidades laborales ni las preocupaciones del día a día. Vivimos durante todo el año a un ritmo vertiginoso y detenernos para descansar no es siempre tan sencillo.
Desde intentar planificar cada minuto de nuestras vacaciones hasta consultar la bandeja de entrada del correo constantemente. Estos gestos son solo un ejemplo de los muchos que nos impiden recargar nuestras pilas físicas y mentales.
La buena noticia es que el entorno parece ponerse de nuestro lado para conseguirlo. Hay más horas de luz y esto fomenta el que estemos de mejor humor, que seamos más positivos. Digamos que todo nuestro cuerpo se prepara para dar la bienvenida al descanso y dejar el estrés a un lado. Ahora bien, una ayudita nunca viene mal así que hemos recopilado los mejores trucos para aprender a relajar la mente en verano.
1. Apaga la tecnología
El móvil, la Tablet y el portátil han invadido nuestras vidas, pero debemos procurar que esto no sea así también en verano. En este tiempo, desconectar pasa inevitablemente por obviar Whatsapp y no subir ese atardecer en Instagram.
Puede que de primeras lo del ‘detox digital‘ te parezca un imposible, pero si logras olvidarte de ellos durante un día comprobarás que tienes otro ánimo y otra energía. Una sensación que, por cierto, engancha y seguro querrás repetirla día tras día.
2. Tiempo para ti
Te vamos a pedir que eches un vistazo al pasado, concretamente a tus últimas vacaciones, y trates de recordar cuántos momentos te dedicaste a ti y solo a ti. Sí, sin la compañía de terceros, sin ruidos y sin impulsos que te alejaran de la paz más absoluta.
Probablemente esos momentos son pocos y, sin embargo, cuando planeamos las vacaciones solemos hacerlo con la idea de que tendremos tanto tiempo libre que podremos no hacer nada y disfrutarlo. Esa sería la idea, pero la realidad es que terminamos llenando de planes nuestros días de vacaciones y que lo de relajar la mente en verano pasa a un segundo plano.
La solución está en parar un minuto cada día. Sí, solo 60 segundos en los que te centrarás en respirar y dejar la mente en blanco. Después de eso volverás a la actividad, pero con más calma y tranquilidad.
3. Fines de semana
Un clásico de las vacaciones es perder la noción del tiempo. No sabemos qué día ni qué hora es y, la verdad, pocas sensaciones nos generan tanto placer. Ahora bien, hay un hábito que no debemos desear que llegue el fin de semana.
Tanto si te has escapado como si te toca quedarte en tu ciudad debes seguir celebrando la llegada del sábado y el domingo. Es una forma de romper con la rutina –incluida la estival– y de esforzarnos porque esos días sean todavía más de disfrute y descanso. Haz planes, evidentemente, pero reserva unas horas del domingo para relajar la mente y poner un amable punto y final a la semana.
4. Bienestar físico
Si hay algo que tenemos claro es que cuerpo y mente van de la mano. De modo que si lo que pretendes es relajar tu mente en verano vas a necesitar hacer lo propio con tu físico.
El cuello se resiente mucho durante el curso debido a la postura en la que nos sentamos frente al ordenador provocándonos dolores de espalda que no nos dejan ni dormir. Así que un masaje cervical que nos ayude a quitar carga a los hombros y la nuca, nunca está de más. Lo mismo ocurre con los ojos, necesitan descansar tanto como tú .
Aprovecha para caminar a diario y hacer estiramientos, ambas actividades combinadas son perfectas para corregir la postura, tranquilizar al cerebro y mejorar nuestro ciclo de sueño.
5. Lee
El número de lectores crece en verano y es que tener más horas libres incita a la lectura. Es adecuado si tienes mucho cansancio acumulado, ya que leer nos relaja hasta tal punto que podríamos quedarnos dormidos en cualquier minuto. Si tenemos ansiedad o estamos nerviosos por algo, leer nos distrae y anima a sumergirnos en la ficción para olvidarnos de la realidad.