
Durante la noche, nuestro cuerpo sufre cambios de temperatura que pueden dificultar el descanso y hay algunos factores externos que pueden incidir en este hecho. Es recomendable que la temperatura del dormitorio no sea superior a 21 grados centígrados. Mucha gente mantiene sus casas, y particularmente sus dormitorios, demasiado calientes. Los estudios muestran que la temperatura óptima para dormir es relativamente baja, entre 15 y 20 grados centígrados. Tener la habitación más caliente o más fría, puede hacer que no descansemos bien.
Cuando dormimos, la temperatura interna del cuerpo baja a su nivel más bajo, normalmente unas cuatro horas después de empezar a dormir. Los expertos creen que, una habitación más fría facilita el sueño, ya que se trata de una temperatura más parecida a la temperatura natural del cuerpo. Pero ya sea por la temperatura de la habitación, por la humedad o por la ropa de cama que utilicemos, es habitual que durante la noche suframos cambios en la temperatura y podamos tener frío o despertarnos sudando.
El tipo de colchón también es un factor que puede influir en estos cambios. Para reducir los efectos de los cambios de temperatura, en Velfont contamos con una línea de productos TERMO-reguladores que pueden ser de gran utilidad como el cubrecolchón Termo-regulador. El tejido termorregulador Outlast® amortigua los cambios bruscos de temperatura que sufre nuestro cuerpo a lo largo de la noche y ayuda a mantener una temperatura de confort constante. Además, su relleno de algodón actúa como aislante del calor que puede producirnos el colchón, especialmente los colchones viscoelásticos.
Un cubrecolchón, además de garantizar la higiene y el confort del colchón y alargar su vida útil, puede ser de gran utilidad para tener bajo control los cambios de temperatura de nuestro cuerpo y mejorar así la calidad de nuestro descanso.