Los efectos del WhatsApp sobre el descanso

Los efectos del WhatsApp sobre el descanso

Que nuestra sociedad está cada vez más digitalizada no es una novedad. Aún recordamos cuando salieron los primeros teléfonos móviles: unos cacharros grandes y pesados con los que solamente podíamos realizar llamadas y enviar, si cabe, algún breve mensaje de texto. No hay color con lo que pueden llegar a hacer ahora los Smartphones. Los SMS han pasado a la historia, y nos atrevemos a decir que prácticamente no existe persona que no utilice el WhatsApp. Esta aplicación de mensajería instantánea nos ha cambiado la vida: nos permite contactar con la gente al momento, resolver dudas inmediatamente y, lo que es más importante, todo de forma gratuita. A pesar de que nos ha aportado numerosas ventajas en términos de comunicación, esta app, aunque no lo parezca, también tiene sus defectos. Se ha demostrado que, entre otras cosas, puede dificultar nuestro descanso.

Está comprobado que el WhatsApp ha provocado cambios importantes en nuestros hábitos de vida, tan drásticos que ahora no podemos vivir sin él. Gran parte de la población española dedica varios minutos de su tiempo a comunicarse a través de esta plataforma. Conectado y disponible las 24 horas del día. Pero, ¿qué efectos tiene esto sobre el sueño? Según han demostrado varios equipos de investigación, esta adicción al WhatsApp causa problemas en la conciliación del sueño y reduce el tiempo total que se dedica al descanso. Así lo cuenta el especialista en Neurofisiología y Trastornos del Sueño, Javier Brualla, en El Confidencial Digial: “No sólo se retrasa el inicio del sueño, sino que también se genera un sueño de peor calidad, menos profundo y reparador, lo que va a tener un efecto directo sobre el nivel de atención y grado de alerta al día siguiente”.

Los trastornos del sueño producto del uso excesivo de dispositivos con Internet suelen afectar en mayor medida a jóvenes de entre 18 y 32 años de edad. De hecho, es el colectivo que pasa más tiempo enganchado a las redes sociales, las principales instigadoras de esta adicción que comentábamos. Así pues, no sólo WhatsApp perjudica nuestro sueño: también Facebook, Instagram, Twitter, Snapchat y todas las demás. Hemos dicho que el retraso en la conciliación del sueño y el insomnio son los problemas más frecuentes, pero ¿qué es lo que producen exactamente estas aplicaciones para causar estos graves efectos?

La luz emitida por las pantallas de los dispositivos que consultamos es la culpable de todo. Los adolescentes y jóvenes suelen acostarse con el WhatsApp y levantarse con el WhatsApp, consultar qué es lo que ha pasado mientras han estado ausentes. Esta luz, que entra por sus ojos antes de acostarse y justo al levantarse, reduce drásticamente la secreción de melatonina, una hormona que se libera al meterte en la cama y apagar la luz y que facilita el sueño. Ante este problema, ¿existe solución? Sí, mantener el móvil lejos de la cama y dejar de utilizar el WhatsApp al menos una hora antes de irse a dormir.