La hora de dormir es una de las más deseadas al final de día, una de las actividades que más disfrutamos tras una intensa jornada. Aunque ya es sabido que dormir en pareja estimula el placer de dormir y aumenta la complicidad entre los enamorados, también aporta beneficios saludables para ambos. En realidad, esta afirmación ha sido comprobada por científicos cualificados, que explican por qué las personas casadas o comprometidas pueden incluso ser más saludables que las solteras.
Según un estudio del Wall Street Journal, dormir acompañado genera automáticamente un sentimiento de protección y seguridad. También es una forma de aumentar la oxitocina, conocida como la hormona del amor que baja los niveles de ansiedad y genera beneficios para descansar más plácidamente, ya que es producida en la misma parte del cerebro que se encarga del ciclo del sueño. Por otro lado, dormir abrazados reduce la producción de cortisol, la hormona del estrés, combatiendo así el insomnio y mejorando el descanso. Según el mismo estudio, las mujeres con relaciones estables suelen dormirse más rápido y despertarse menos durante la noche que aquellas que duermen solas.
Sin embargo, este no es el primer estudio que analiza los hábitos de las parejas al dormir. Un equipo de la Universidad de Hertfordshire reveló que, de acuerdo a la postura y la cercanía en la que duermen las parejas, se puede establecer cómo de armónica y feliz es su relación. “Una de las diferencias más importantes entre unas parejas y otras la encontramos en el hecho de si se tocaban o no mientras dormían”, explicó Richard Wiseman, psicólogo y profesor de la dicha Universidad. Según mostraron los resultados, la mayoría de las parejas que establecían contacto físico durante la noche eran felices o estaban más conformes que disgustados con su relación.
Por otro lado, la investigación averiguó que, quienes duermen a menos de dos centímetros o abrazados, son más felices que aquéllos que mantienen considerables centímetros de separación en la cama. En cuanto a la posición, de los casos estudiados el 42% dormía mirando al techo de la habitación, un 31% descansaba con las caras giradas en la misma dirección y únicamente un 4% pasaba la noche mirándose.
Aunque parece que existen verdaderos beneficios de dormir en pareja, también puede representar un problema para los integrantes de la pareja. Diferentes temperaturas corporales, demasiados movimientos, ronquidos, peleas por la manta, ir al baño, ventiladores, poco espacio… Todos estos factores también pueden estropear lo maravilloso de dormir acompañado.