Una de las recomendaciones más habituales de los pediatras es que los bebés no utilicen almohada. Los motivos son varios aunque muy claros: si un bebé utiliza almohada puede forzar la curvatura natural de su cuello. Los bebés tienen el cuello pequeño y la cabeza proporcionalmente más grande que el resto del cuerpo, así que los hombros no les sirven como apoyo adecuado para su descanso. Además, cuando son muy pequeños, pueden llegar a darse la vuelta y no saber volver a su posición inicial y, al quedarse boca abajo, podrían tener dificultades para respirar.
A medida que los bebés van creciendo y tienen más autonomía en sus movimientos puede ser que necesiten, o reclamen, una almohada, pero esta demanda puede retrasarse hasta los 2 o 3 años de edad. Cuando llega el momento, hay que buscar una almohada de firmeza baja especial para ellos. La almohada para un niño debe ser bastante fina, pero no muy blanda, y del mismo tamaño que la cama.
Es por todo ello que Velfont decidió diseñar una almohada especialmente indicada para el público infantil: la almohada Duende, que contiene la cantidad de relleno adecuado para el descanso saludable de los niños, de acuerdo con sus características físicas. El relleno de la almohada Duende es de fibra hueca, siliconada y conjugada de alta calidad que facilita la transpiración y la oxigenación de la misma. Esta fibra aporta volumen, ligereza y suavidad, además de un tacto de seda y una gran capacidad de recuperación.
Finalmente, mencionar que la Almohada Duende de Velfont dispone de una doble funda lavable 100% algodón muy suave. Es la almohada ideal para niños a partir de 3 años. Por lo tanto, si estabas buscando la almohada perfecta para el pequeño de la casa, ésta es tu almohada.