Todo lo que hacemos antes de ir a dormir condiciona nuestro descanso. De hecho, son muchas las actividades que nos retrasan el sueño sin que lo hayamos planeado: películas, leer, cenar fuera…
Dormir unas siete u ocho horas cada día es básico para reponer fuerzas y no acumular cansancio. No obstante, en nuestro país la media es de 7,1 horas. Hay varios hábitos que retrasan el sueño e incluso pueden provocar que pasemos toda la noche en vela. ¿Cuáles son?
- Uso de dispositivos móviles: móvil, tablet u ordenador. Muchas veces nos vamos pronto a la cama y terminamos durmiéndonos mucho más tarde de lo que habíamos pensado por usar estos dispositivos. La luz azul que emiten este tipo de objetos afecta la producción de melatonina, la hormona que regula los ciclos de sueño.
- Tomar sustancias estimulantes. Antes de ir a la cama debemos evitar alimentos como el alcohol o la cafeína. Estas sustancias retrasan nuestro reloj interno de manera directa y nos mantienen despiertos a la fuerza. En el caso el alcohol, si bien puede tener efectos relajantes, deteriora la calidad del descanso.
- Una cena pesada. Lo mejor es cenar liviano y un par de horas antes de acostarse. Una cena muy pesada dificulta la digestión y esto, a su vez, dificulta conciliar el sueño. Los alimentos altos en azúcares y grasas saturadas pueden alterar el sueño. En su lugar se recomienda tomar alimentos ricos en fibra, que además son más sanos.
- Quedarse pensando. El momento de acostarse en la cama debe servir para desconectar y relajarse, no para quedarse pensando en todo lo que queda por hacer. Esto genera estrés y puede retrasar el sueño varias horas.
- Dormir durante el día. Una siesta reparadora no está mal, pero no debe convertirse en algo habitual para tratar de recuperar el sueño. Este hábito puede alterar gravemente los ritmos de nuestro cuerpo, que está acostumbrado a dormir por la noche. Lo ideal es que la siesta no dure más de media hora para que no tenga un impacto negativo sobre nuestro descanso.
- Alterar el reloj interno. Lo más importante para conciliar el sueño con facilidad es respetar nuestro reloj interno. Esto conlleva establecer una misma rutina que no debemos alterar, con unos horarios similares cada día.
- Luz en la habitación. Muchas personas están acostumbradas a conciliar el sueño con luz. Por pequeña o tenue que sea, la luz es muy perjudicial para nuestro cerebro, porque la percibe como un estímulo para mantenerse despierto. Lo mejor es dormir en una habitación a oscuras y bien ventilada.
Al evitar estos hábitos conseguiremos dormir más tiempo y sentirnos más descansados. En este sentido los productos de Velfont están diseñados para que tengas un descanso placentero y de calidad, y es que tener un sueño reparador es básico para afrontar la rutina con energía.
¡Esperamos que tengas un feliz descanso!