Invertimos, de media, unas siete horas diarias a dormir. La razón la tenemos clara, para nuestro bienestar físico y mental, hacerlo durante menos tiempo tiene efectos parecidos que cuando no hemos logrado descansar ni un minuto en toda la noche.
De modo que, si eres un alumno aplicado y, tal y como recomiendan los expertos, destinas entre 7 y 8 horas a dormir significa que tienes todo ese rato por delante para soñar. Porque sí, soñamos todas y cada una de las noches –algunas varias veces incluso–, aunque no siempre seamos capaces de recordarlo.
Esto tiene una explicación: el hecho de soñar es una actividad fisiológica que tiene lugar en nuestro cerebro con un triple objetivo: eliminar tensiones, reducir el estrés y tratar de relajarnos. Por norma general, es difícil controlar lo que soñamos, es algo que depende de nuestro subconsciente. Sin embargo, a través de los sueños lúcidos se puede ejercer un cierto control sobre los mismos.
Es así como muy a menudo despertamos habiendo “vivido” situaciones de lo más inverosímiles que luego tratamos de entender mediante la interpretación del significado de los sueños.
El mundo de los sueños
A lo largo de la historia numerosas culturas y civilizaciones se han aventurado a teorizar sobre el significado de los sueños. Desde la perspectiva kabbalística que defiende que los sueños son una poderosa forma del universo para enviarnos mensajes, hasta los egipcios que creían que, durante el sueño, el Ba –el alma– se movía en los reinos espirituales.
El significado de los sueños
Soñamos con nuestro trabajo, nuestra pareja, nuestra familia…, pero también con personas, situaciones o lugares que aparentemente no conocemos. ¿Son esos sueños premonitorios? ¿Son una expresión de nuestros temores? ¿De las metas que queremos conseguir? ¿De lo que nos preocupa?
Nos podemos dar vueltas a estas preguntas durante horas, pero la realidad es que la interpretación de los sueños depende del momento vital en el que cada uno nos encontremos.
También es cierto que existen algunos aspectos universales, por ejemplo, los significados más comunes de soñar con fuego son; deseo, destrucción, iluminación… Si alguna vez has soñado con una persecución o huida es que ha llegado el momento de un cambio y, si sueñas con una caída, –uno de los 7 sueños más recurrentes– suele interpretarse como que estamos atravesando problemas o dificultades.
