Después de un verano tan caluroso, ya no sabíamos que era eso de tener escalofríos y trabajar con mil capas encima. El calor de esta última época ha provocado que durmiéramos únicamente con una sábana, la más ligera que teníamos.
Pero ahora el frío gélido del invierno se acerca y es momento de poner el nórdico en nuestra cama. ¿Conocemos las diferencias entre los nórdicos de fibra y plumón? La diferencia principal entre los nórdicos de fibra y los de plumón es la forma en que nos aíslan del frío. La pluma y, especialmente, el plumón, son aislantes térmicos, esto es que un nórdico con este relleno nos aislará del frío exterior impidiendo que penetre, manteniendo la temperatura del cuerpo y evitando que se enfríe.
La fibra, en cambio, reacciona con el calor que desprende nuestro cuerpo, se calienta y utiliza su capacidad calorífica para calentar el aire que queda entre las fibras. Así es como crea un manto de calor que es el que nos aísla del frío. Por eso, en un nórdico de pluma hay que escoger el gramaje y calidad adecuados para conseguir el aislamiento idóneo en cada caso, según el clima, las condiciones de la casa, etc. y con la fibra, hay que poner el gramaje adecuado en función del frío que se quiera contrarrestar. Con respecto al mantenimiento, también hay diferencias entre fibra y plumón o pluma. La pluma o el plumón no es recomendable que los lavemos en casa, sobre todo porque deben secarse muy bien si no queremos que se estropeen. En estos casos, es necesario llevar el nórdico a la tintorería.
Sin embargo, los nórdicos de fibra pueden lavarse en casa las veces que haga falta, por lo que es más fácil mantenerlos en un estado de higiene óptimo. Por lo tanto, escoger un nórdico de fibra o plumón dependerá del gusto de cada persona y de su necesidad. En Velfont disponemos de una amplia gama de nórdicos con diferentes gramajes, rellenos y propiedades, de los que hablaremos en los próximos post.