Que el paisaje cambie con el otoño no es casualidad. Las hojas se tiñen y caen sobre el suelo y la tierra adquiere otro olor. También los animales modifican sus hábitos y se preparan para el invierno, algunos incluso, como el oso pardo, varían claramente su alimentación.
Son pequeños gestos que ya tenemos asumidos, pero que esconden una verdad que también afecta a los seres humanos: el cambio de estación tiene consecuencias. No todas son malas, es cierto, pero la realidad es que mientras la flora y la fauna se preparan para la llegada del otoño, nosotros lo esperamos sin movernos ni un ápice de nuestra rutina y sin tener en cuenta que el otoño puede perjudicar nuestro descanso.
Adaptarnos es importante tanto a nivel físico como mental. En el primer caso, porque a medida que nos acercamos a los meses más fríos del año, se produce un descenso de las temperaturas, se incrementa el contraste entre el día y la noche y el ambiente es más seco, consecuencia de que hay más viento. Esto se traduce en más resfriados y mayor sensación de cansancio a nivel físico. Pero también, el otoño provocarnos tristeza, apatía o depresión, incluso.
Esto último es, sobre todo, porque durante el otoño disminuye la luz del sol y realizamos menos deporte y menos actividades sociales y/o al exterior y con ello dejamos de producir melatonina y serotonina.
Por ello, llegados a esta época del año es especialmente clave tomar medidas y prevenir que estos cambios de estación sean también cambios en nuestro estilo de vida o en nuestro humor. Aquí van algunos consejos para lograrlo:
Presta atención a tu alimentación
No es la primera vez que lo decimos, la comida está estrechamente relacionada con nuestro bienestar, pero cuando hablamos de preparar nuestro organismo para los cambios propios del otoño, lo que comemos adquiere más importancia si cabe. Necesitarás, sobre todo, alimentos que te aporten: un extra de vitaminas –especialmente de la vitamina C–, energía y que potencien tu inmunidad.
¿Cómo elegirlos? Fíjate en la naturaleza, en esta época es temporada de setas, caquis, mandarinas, castañas y calabaza, ¡pues que no falten en tu nevera!
Pon orden
Tendencias como el hygge, el método Marie Kondo y el Feng Shui pusieron sobre la mesa lo importante que es para nuestra mente el mantener el orden en tu hogar y si tenemos en cuenta que con la llegada del otoño solemos pasar más tiempo en casa, esto se vuelve imprescindible.
Hablamos de mantener un determinado orden en casa en particular y en tu vida en general. Porque una habitación desordenada te generará el mismo malestar que una agenda desorganizada y con la que llegues tarde a cualquier lugar.
Adapta tu descanso
Una de las principales consecuencias de la edad es que la producción de melatonina se reduce considerablemente y esto puede provocar que aparezca el insomnio nocturno –especialmente durante la menopausia–. Pues bien, con la llegada del otoño ocurre lo contrario, la melatonina aumenta y, con ello, el cuerpo tiene menos energía.
En otoño es fundamental dormir más y más profundamente. Para ello será necesario alargar nuestras horas de sueño y ajustar nuestros descansos.
Márcate una rutina. Dejar atrás la libertad horaria del verano no es sencillo, pero tu cuerpo lo necesita ya que nuestros hábitos cambian respecto a las vacaciones y tenemos que rendir en el trabajo.