Estamos en la era digital, ¿lo sabías? Si aún no te habías percatado de ello, basta con que palpes tus bolsillos para que tu Smartphone te delate como un coetáneo más en la era de las pantallas. Pero no es únicamente el Smartphone el culpable de este cambio de era. Además de los teléfonos inteligentes, seguro que, en tu día a día, también convives con tablets, teles conectadas, ordenadores, videoconsolas, relojes inteligentes…
Para muchos, este cambio ha venido de repente. Como una lluvia de verano inesperada, nos hemos quedado todos empapados con una tecnología a la que, poco a poco hemos ido controlando y dominando hasta hacerla imprescindible. Pero, ¿qué pasa con los más pequeños? Las generaciones venideras crecerán con toda esta tecnología que, además de conectar, crea una adictiva dependencia.
Según un estudio de la Universidad de Wisconsin, los niños de entre dos y tres años están más predispuestos a interactuar con las pantallas táctiles que con aquellas que no lo son (como las del televisor). Ahora, cabe plantearse: ¿es bueno exponer a los más pequeños a estas tecnologías?¿Deberíamos controlar su exposición?¿A qué edad deberían tener su primer contacto con el mundo digital?
3 razones por las que no deberíamos exponer a los niños a las pantallas
Desde la Academia Americana de Pediatría apuntan que los niños deberían tener su primer contacto con las pantallas a partir de los 3 años. Pero esta exposición debería limitarse a una hora diaria. De los 6 a los 18 años, el contacto con las pantallas debería ser, como máximo, de 2 horas al día. ¿Por qué?
1. La luz de las pantallas daña el cerebro
Según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid durante las primeras etapas de crecimiento, exponer a los más pequeños a las pantallas puede desencadenar problemas de visión (como miopía o astigmatismo) durante la adolescencia.
2. Puede provocar sobrepeso infantil
Según explican desde El Periódico, alrededor del 30% de los niños españoles padece sobrepeso. Es evidente que, pasar demasiadas horas frente a las pantallas conlleva una reducción de la actividad física de los niños. Por lo tanto, fomentar hábitos de vida sedentaria -como por ejemplo, la sobreexposición a las pantallas- puede provocar la obesidad infantil.
3. Dificulta su desarrollo cognitivo
El Dr. Juan Manuel Ferrer, neurólogo del Instituto de Neurociencias de Buenos Aíres, asegura que “para lograr un crecimiento sano y desarrollo adecuado de las destrezas sociales, emocionales y cognoscitivas, lo bebés y los menores de 5 años tienen la necesidad imperiosa de interactuar con sus padres” por lo que, asegura el doctor, “la recomendación es que no estén más de dos horas por día expuestos a cualquier tipo de pantalla, ya sea la televisión o los videojuegos”.
¡Bienvenidos a la era de la tecnología!