Las vacaciones nos permiten descansar mucho más que durante el resto del año. De hecho, es la época en la que se suelen recuperar todas las horas acumuladas durante el día a día de la rutina. Sin embargo, a veces incluso en periodos vacacionales, no descansamos las horas recomendadas.Lo aconsejable es dormir por lo menos ocho horas cada noche, pero lo cierto es que hay muchas causas que nos impiden hacerlo: trabajo, estrés, cenas o fiestas que se alargan, ver la tele hasta tarde… Esto sucede especialmente en el caso de los adolescentes. Según un informe realizado por la Asociación Educar, hasta un 40% de jóvenes de entre 17 y 20 años duerme menos de seis horas diarias.
Dormir el tiempo recomendado cada noche es importante para poder alcanzar las dos fases del sueño y llegar al sueño profundo, que nos permite sentirnos descansados al despertar. Así, la falta de sueño provoca consecuencias que arrastramos durante todo el día como cansancio, dolores de cabeza o mal humor. Un método para aliviar estos efectos puede ser la siesta, que ayuda de manera puntual pero no es suficiente para compensar la falta de descanso por la noche.
Aunque lo mejor es dormir cada noche las ocho horas recomendadas por los expertos, también hay quien propone que podría valer con seis. Cada cuerpo es diferente y tiene sus necesidades, aunque lo más importante es sentirse descansado. Por eso, te traemos algunas claves para que estés descansado aunque duermas pocas horas.
Si tienes pensado dormir pocas horas por algún motivo, es importante que el cambio no sea brusco. Así pues, puedes adquirir una rutina de menos horas de sueño poco a poco, para evitar que el cansancio te acompañe durante el día. El primer paso es ir a dormir cada día a la misma hora. Esto facilitará que el cuerpo concilie el sueño más rápido. Después es cuestión de ir atrasando este momento veinte minutos progresivamente, de modo que se va recortando semana tras semana hasta alcanzar las seis horas de sueño. En caso de dormir menos horas, es recomendable intentar compensarlo con una o dos siestas durante el día, pero solo en casos excepcionales.
A medida que se va recortando tiempo hay otros aspectos a tener en cuenta. Se recomienda evitar el uso de dispositivos móviles antes de acostarse, porque retrasan el sueño. Lo mismo sucede con sustancias como el alcohol o el tabaco. También es importante moderar las cenas, hidratarse y evitar hacer ejercicio justo antes de ir a la cama. Además hay que contar con un equipo de descanso adecuado, que te haga sentir cómodo y facilite la relajación del cuerpo.
Todos estos consejos te ayudarán a conciliar el sueño rápido, de modo que podrás alcanzar todas las fases del sueño necesarias aunque duermas menos tiempo de lo habitual.
¡Te sentirás descansado a pesar de haber dormido pocas horas!
