7 causas a esos sudores nocturnos que te dejan empapado

7 causas a esos sudores nocturnos que te dejan empapado

El calor –por tener la calefacción demasiado alta, dormir con un pijama excesivamente grueso o pasarse con las mantas– no es el único responsable de los sudores nocturnos y, aunque en la mayoría de los casos, el por qué se producen no debe preocuparnos no está de más observar en qué circunstancias aparece el sudor, especialmente si ocurre de forma persistente o intensa.

Levantarse empapado en sudor puede ser incómodo cuando la causa es un exceso de temperatura, pero si, además, va acompañado de otros síntomas como fiebre, escalofríos, pérdida de peso o sofocos puede ser signo de un problema de salud mayor.

Para evitar los sudores nocturnos y el calor en la cama en verano, la gama Termo-reguladora Velfont regula la temperatura corporal mientras duermes para crear un microclima constante durante toda la noche.

Estas son las principales causas de los sudores nocturnos, si identificas los síntomas y hace tiempo que los sufres puedes recurrir a estos 5 remedios para evitarlos que harán que tus noches sean mucho más agradables.

1. Menopausia

Cuando se trata de mujeres, las fluctuaciones hormonales que se producen con la menopausia suelen ser uno de los motivos habituales detrás de los sudores que aparecen por las noches.

Los famosos sofocos que tantas mujeres sufren en esta etapa se caracterizan por provocar una sensación de calor que va de la cabeza y el pecho al resto del cuerpo. Normalmente, van acompañados de palpitaciones y una sudoración profunda que es especialmente intensa en las cuatro primeras horas de sueño.

2. Hiperhidrosis

Este problema se da tanto en hombres como en mujeres que tienen que convivir con una sudoración excesiva que les afecta en su día a día y cuya causa principal se desconoce.

La hiperhidrosis aparece, normalmente, en la adolescencia por eso se cree que es consecuencia de cambios endocrinos o metabólicos. En este caso, la sudoración nocturna afecta especialmente a axilas, cuello, manos y piernas.

3. Apnea del sueño

Los sudores nocturnos son un efecto secundario que aparece con frecuencia en las personas que padecen apnea del sueño. Y es que esta enfermedad bloquea las vías respiratorias del paciente y esto restringe el flujo de aire que debe llegar a los pulmones, aumentando la temperatura corporal.

Si además de sudores por las noches aparecen los ronquidos, el dolor de cabeza y te pasas el día cansado puede que debas tratar la apnea del sueño antes de que derive en otras afecciones.

4.Medicamentos

¿Te has tomado alguna vez un paracetamol justo antes de dormir y te has pasado la noche sudando? Puede pasar. Lo mismo que si tomas aspirina, cortisona o algún tipo de antidepresivo.

Esta sudoración puede, además, ir acompañada de un enrojecimiento del rostro y/o las orejas.

5. Ansiedad

Los nervios, el estrés y la ansiedad son los peores compañeros para tu descanso. Por norma general, cuando estamos intranquilos y pasamos por un periodo de tensión nuestro sueño se ve afectado.

Dormimos menos horas, nos despertamos más frecuentemente y el sudor puede aparecer de forma inesperada. Y es que cuando estamos estresados hacemos que nuestro corazón bombee sangre más rápido y se produzca una mayor oxigenación y un mayor consumo de energía que nos produce la sudoración.

6. Bajo nivel de azúcar

La sudoración excesiva es también uno de los efectos secundarios que aparece cuando sufrimos una hipoglucemia, es decir, cuando el nivel de azúcar en sangre es demasiado bajo.

Eso es frecuente en personas con diabetes. En su caso, la hipoglucemia se da cuando los índices están por debajo de los 70mg/dL. En el resto, en cambio, los valores tendrían que estar por debajo de los 55mg/dL para decir que estamos sufriendo una hipoglucemia. En ambos casos, además de sudores pueden aparecer otros síntomas como mareos, vértigos o pesadillas durante el sueño.

7. Embarazo

Al igual que en el caso de la menopausia, es una condición fisiológica que puede desencadenar los sudores nocturnos en las mujeres. Esto se debe a que, durante la gestación, el nivel hormonal aumenta provocando que la temperatura del cuerpo también se incremente.

De regular estos valores se encarga el hipotálamo, el centro cerebral, mediante la transpiración. Aunque no todas las embarazas sudan por las noches, lo cierto es que este problema se agrava a medida que se acerca el momento del parto.