Llega la primavera y te sientes más cansado, más triste, más apático. Es normal. Mientras que para la gran mayoría la primavera es sinónimo de alegría y vitalidad, tú no compartes los mismos sentimientos ni sensaciones en esta estación del año. Tú sufres lo que se conoce como astenia primaveral.
No eres el único, de hecho, el 10% de la población la padece cada primavera y, por géneros, afecta más a las mujeres que los hombres. Aunque la astenia no es una enfermedad o patología en si misma, la realidad es que sus síntomas son molestos y, en cierta medida, incapacitantes. Entre los más frecuentes están la irritabilidad, el cansancio, la alteración del ciclo del sueño, la tristeza y el pesimismo.
Para solucionarlo, tenemos que prestar especial atención a dos factores clave: la alimentación y el ejercicio físico.
Presta atención a tu alimentación
Es una fórmula natural para poner remedio a la astenia primaveral. Mantener una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras es un básico ya que nos proporciona la energía, vitaminas y minerales imprescindibles para hacer frente al día a día. Pero, además, hay una gran cantidad de alimentos que, por sus características, segregan una alta cantidad de aminoácidos que influyen en nuestro estado de ánimo.
Por ejemplo, los alimentos ricos en triptófano son un imprescindible ya que favorecen la producción de serotonina. En esta clasificación entran el pescado azul, los quesos y yogures, la yema de huevo, la carne de pollo y pavo, el chocolate o los frutos secos –como las nueces, los pistachos y los anacardos–.
Las frutas son siempre un buen aliado y en el caso de la astenia primaveral nos ayudará incluir en nuestra dieta fresas, albaricoques, limones y plátanos. Mención especial al aguacate, además de estar muy de moda, es muy nutritivo ya que aporta grasas de las “buenas”.
Más ejercicio
Tener una vida sedentaria es un enemigo para la gran mayoría de enfermedades y patologías y la astenia primaveral no es una excepción. Por eso, entre los consejos para combatir la astenia primaveral está el de seguir una rutina de ejercicio. Este funciona como un generador natural de endorfinas.
No es necesario pasar de cero a cien, ni macharse durante horas haciendo deporte. Ejercicios como el yoga, el pilates o incluso andar a buen ritmo durante 30 minutos son prácticas más que suficientes.
Tip extra: duerme bien
Hemos visto que uno de los efectos colaterales de la astenia primaveral es el cansancio. El cambio de hora que vivimos en esta época del año tiene gran parte de la culpa, pero también es una realidad que, si somos muy sensibles a los cambios, el insomnio y las interrupciones a tu sueño se pueden alargar en el tiempo.
Para salir de este círculo vicioso, procúrate un mínimo de horas de sueño y, si al medio día te sientes sin fuerzas trata de evitar la siesta. Es cierto que, si la haces de menos de 30 minutos no hay problema, dicen que es, incluso, la siesta perfecta, pero agradecerás esquivarla y acumular todo ese sueño para la noche.