“No te acostarás sin aprender algo nuevo”. Seguro que ésta es una frase que te han repetido en alguna que otra ocasión. Y sí… Es cierto que el alma necesita alimento diario. Pero, además de aprender, al menos, una cosa al día, no puedes obviar otra serie de acciones que te ayudarán a sentirte más feliz y a tener un descanso profundo y reparador. ¿Te animas a probarlo todas las noches?
1. Cepíllate los dientes
Los dentistas recomiendan cepillarse los dientes al menos 3 veces al día (una vez después de cada comida). Aunque, si hay un momento en el que es crucial cepillarse los dientes ese es el de la noche. Durante la noche, el nivel de pH disminuye y se genera menos saliva. Eso facilita que la placa bacteriana pueda actuar e intensificar la aparición del sarro, las caries y las infecciones dentales. Cepillarse antes de acostarse es la mejor forma de cuidar la salud bucodental.
2. Lee algo interesante
Si, antes de acostarte, necesitas unos minutos de desconexión, es preferible que optes por actividades más analógicas como la lectura o los crucigramas. Mirar la televisión o estar enganchado al móvil puede resultar perjudicial para tu descanso. Según apunta una investigación de The Royal Society, estar sobreexpuesto a la luz LED de las pantallas puede alterar los ciclos de sueño durante la noche.
3. Planifica la agenda del día siguiente
Si, antes de irte a dormir, planificas, brevemente, la agenda del día siguiente podrás organizarte mejor la jornada y anticiparte a posibles imprevistos. En cierta forma, empezarás el día un paso por delante y serás más productivo a la hora de afrontar tus quehaceres diarios. Antes de meterte en la cama, prepara la ropa que te pondrás mañana, el tupper de la comida y la mochila del gimnasio. Seguro que, por la mañana te sentirás más preparado para afrontar el día lleno de energía.
4. Repasa cómo ha ido el día
Cada día que empieza es una nueva oportunidad para mejorar. Por la mañana, ponemos el contador a cero y tenemos multitud de ocasiones para vencernos a nosotros mismos en aquellas luchas internas que, cada día tenemos. Aunque, si no prestamos atención, estas luchas pasan desapercibidas y no somos conscientes de nuestros éxitos o fracasos. Antes de acostarte, dedica unos minutos a repasar cómo ha ido el día y sácate un pequeño propósito.
5. Haz estiramientos antes de acostarte
Hacer una sesión de estiramientos ligeros antes de acostarte “mejora la lubricación de las articulaciones y músculos y previene la aparición de dolores y contracturas por malas posturas a lo largo de la noche” aseguran desde Vitonica. Preparar a tu cuerpo para el descanso puede ser una buena idea para lograr mantener la flexibilidad, evitar calambres durante la noche y mejorar el bienestar físico. No se trata de ponerse el pijama empapado de sudor, con unos simples ejercicios bastará.
¿Crees que eres capaz de incorporar estos hábitos a tu rutina nocturna? ¡Seguro que notarás los efectos!