Meterse en la cama, cerrar los ojos y… nada, el sueño no llega. Cuando no logramos dormir las causas pueden ser de lo más variadas, desde estar viviendo un periodo de nervios y estrés mayor de lo habitual, hasta estar demasiado cansados. Si alguna vez te ha pasado, te vendrá bien saber qué hacer cuando no puedes dormir y entender el por qué ocurre este repentino insomnio.
Pues bien, muchas veces la base del problema está en nuestros hábitos. Conductas que ya tenemos adquiridas y que, aunque para nosotros entran dentro de la normalidad, la realidad es que son una traba a nuestro descanso.
Qué hacer cuando no puedes dormir:
Desde aquí hemos recogido 7 consejos para conciliar el sueño más fácilmente y que te ayudarán a erradicar de tu vocabulario el clásico «no puedo dormir».
1. Prohibido trabajar justo antes de ir a dormir
Cada vez nos cuesta más poner un límite entre la vida personal y vida laboral. De hecho, no es extraño que muchos de nosotros respondamos el correo cuando ya estamos en el sofá de casa o terminemos esa presentación tan importante mientras nuestros hijos hacen los deberes. Algunos, incluso, pueden alargar esta tarea hasta altas horas de la madrugada. La cosa empeora cuando se trata de empleados que trabajan en remoto, que tienen un huso horario distinto o trabajadores freelance a los que poner una barrera espacial y temporal les cuesta todavía más.
Somos capaces de detectar cuando nuestro cuerpo necesita descansar –aunque a veces lo llevemos al límite más de lo que deberíamos–, pero no somos capaces de hacer lo mismo con la mente y ella también necesita un respiro. La forma de empezar es respetando los horarios, es decir, respetando que en casa y a partir de una hora determinada se acabaron los Excels, los emails y demás tareas que no nos permitan poner la mente en blanco.
2. No te quedes en la cama despierto
Las horas previas a ir a dormir deben ser como un ritual en el que cada paso prepare a tu cuerpo para el momento de acostarte. Si esa rutina funciona, en pocos minutos estarás durmiendo profundamente y al día siguiente querrás repetir el paso a paso para que todo vuelva a ir sobre ruedas.
Sin embargo, puede ser que te metas en la cama y no consigas quedarte dormido. En ese caso, de nada servirá que sigas tumbado esperando a que el sueño llegue. Si, pasados 20 minutos no te has dormido, es mejor que te hagas una infusión relajante, cojas un libro o hagas un breve ejercicio de meditación.
3. Una alarma para ir a dormir
Estamos acostumbrados a que ese sonido interrumpa nuestro descanso para así activarnos y que empiece nuestra jornada, pero ¿por qué no hacer lo mismo al revés? Sí lo que te proponemos es que programes una alarma que te avise de que ha llegado el momento de cesar la actividad y poner rumbo a tu cama.
Esto te ayudará a ir a dormir cada día a la misma hora –un básico para tener un descanso de calidad– y temprano. ¿A qué hora hay que ponerla? Pues debes tener en cuenta que el Cortisol –la llamada hormona del estrés– está en su punto más bajo en torno a las 10 de la noche. Ese sería el momento idóneo ya que aprovechar esa bajada nos ayudará a dormirnos antes. Si lo hacemos pasadas las 11 de la noche el Cortisol habrá vuelto a subir, nosotros estaremos más activos y nos constará el doble dormirnos. Además, quién sabe, quizá así dejes de odiar tanto el sonido de tu despertador.
4. Crea un entorno relajado
Desde dormir en una habitación fresca (en torno a los 18°C es correcto) y aireada hasta eliminar los ruidos y la luz para conseguir un dormitorio insonorizado y oscuro. Sírvete de cortinas para aislarte del exterior y evitar que las luces de vecinos o de la calle se cuelen en el interior. La ventana abierta o el aire acondicionado o un ventilador de potencia moderada también son un buen recurso para crear el ambiente adecuado en la habitación.
Evidentemente, pantallas apagadas y, a poder ser, fuera de y es que si algo hemos aprendido del Feng Shui es que esta estancia debe ser nuestro santuario y todo en ella debe girar en torno al descanso.
5. Revisa tu cama
Y con revisar la cama queremos decir que compruebes el estado de tus almohadas y colchón. Vas a pasar, si todo marcha bien, unas largas horas durmiendo así que asegúrate de que lo haces en las mejores condiciones. Encuentra tu almohada ideal y hazte con un colchón que además de cómodo te garantice que podrás disfrutar de un sueño 100% reparador.
6. No bebas vino
Puede que «un día sea un día», pero debes ser muy consciente que «ese» día no vas a dormir bien. Y es que, de primeras el vino engaña a nuestro cerebro y puede hacernos sentir somnolientos, pero pasadas unas horas su efecto se transforma y será el responsable de que tu sueño se interrumpa.
Por esto nuestra recomendación es que acompañes tu cena con agua. Las bebidas con cafeína quedan también excluidas porque nos estimulan, al igual que los refrescos que contienen azúcar y que también tiene el efecto de activarnos. Si tienes sed antes de irte a dormir puedes recurrir a una infusión de Lavanda, Melisa o Valeriana. Cualquiera de estas hierbas, nos ayuda a conciliar el sueño.
7. Apaga la tecnología
Esto debemos hacerlo varias horas antes de irnos a dormir. No basta con no mirarlo, es mejor que directamente esté todo apagado. La razón es que la luz que emanan los aparatos tecnológicos puede confundir al cerebro y hacerle creer que es momento de despertarse.
