Cada noche el mismo drama. Risas, carreras y un lloriqueo constante para conseguir meter a tus hijos en la cama a la hora. Al final, no sabes cómo pero jamás se acuestan en el horario previsto. Más allá de suponer un problema para tu estabilidad y descanso familiar, no conseguir que tus hijos se vayan a la cama a la hora puede afectar negativamente al desarrollo y crecimiento de los niños.
Un niño que no tiene suficientes horas de sueño tiene mayores dificultades para controlar sus emociones, está más irritable y es menos receptivo a los estímulos cognitivos. Es primordial que hagas todo lo posible para conseguir que tus hijos duerman correctamente todos los días. Como sabemos que del dicho al hecho hay un trecho, desde Velfont te proponemos 4 trucos infalibles para conseguir noches más tranquilas.
1. Haz del sueño una prioridad familiar
La mejor manera para educar es con el ejemplo. Si quieres que tus hijos vayan a la cama a la hora tú también deberías ser capaz de no trasnochar hasta altas horas de la madrugada. Lo ideal es que acordéis, entre toda la familia, una hora común para irse a dormir y otra para levantarse.
2. Solventa los problemas de sueño
Te lo adelanto: vas a tener que negociar con tus hijos, en más de una ocasión, para que se duerman. En parte porque –como sabrás por experiencia propia- no siempre tienes facilidades para conciliar el sueño. Cuando eso ocurra, deberás tener comprensión y tratar de consolarle. Obviamente, si el problema persiste, ponte en contacto con un especialista.
3. La rutina por bandera
¡Los niños adoran la rutina! Les hace sentirse protegidos y les evita sobresaltos. Por eso, deberías hacer todo lo posible para construir una “rutina de la noche”. Cosas tan simples como ponerse el pijama a la misma hora, cepillarse los dientes después de cenar o leer un cuento en la cama antes de acostarse, son ideas formidables. Además de mejorar su sueño, hacer este tipo de acciones en familia conseguirá fortalecer los lazos entre tú y tus hijos.
4. Proporciónales un objeto de seguridad
¿Alguna vez te has preguntado porque tu hijo sigue arrastrando ese peluche a todas partes? Aunque pueda parecer un disparate, la principal razón por la que a los niños pequeños les gustan los peluches es porque les hace sentirse seguros. Les proporciona un sentido de control que les conforta cuando están solos en mitad de la noche. En muchos casos, puede convertirse en una poderosa herramienta para conseguir que tus hijos no tengan miedo ni a la oscuridad ni a la soledad.
